Llegó el ansiado día en el que volvemos a enfrentarnos a la realidad de un centro educativo, el lugar idóneo para llevar a cabo nuestros aprendizajes adquiridos en la facultad y dónde nos damos cuenta de lo gratificante que es ver aprender a los alumnos.
En esta primera semana me he sentido muy cómodo en el centro, ya que, al tratarse del colegio en el que desarrollé mi Practicum I, conocía a todo el profesorado y me han tratado como a uno más. Por ello, me he incorporado inmediatamente en el curso de quinto A, continuando mi experiencia de prácticas con gran parte de los alumnos que tuve el curso pasado.
Cabe destacar que además de dar clase con los alumnos de quinto, somos los profesores encargados en enseñar matemáticas a los alumnos de segundo de primaria A.
Durante esta primera semana de observación, los alumnos me han contagiado su ilusión por aprender a juntos, motivándome hacia la búsqueda de mi mejor versión como docente.
Tras observar la dinámica de la clase este año, la profesora desarrolla un enfoque globalizador, donde podemos apreciar el aprendizaje significativo en asignaturas como Lengua Castellana y Literatura. Señalar también un aspecto cotidiano como corregir la tarea se ha convertido en un elemento motivador en el aula, ya que que comienzan a corregir una fila cada día de la semana.
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