Parece que fue ayer cuando comenzamos este bonito camino hacia la docencia. Todavía recuerdo esos primeros nervios iniciales del primer día de clase, todos estábamos expectantes con los nervios a flor de piel, aunque con muchas ganas e ilusionados por empezar a descubrir cómo era ese camino hacia la consecución de nuestros sueños, convertirnos en profesores.
Y os preguntareis cuál es el motivo por el que hago referencia a ese primer día como universitario, pues es muy sencillo, para mí este primer día como profesor en prácticas me suscitaba una sensación similar a aquella vivida, me encontraba ilusionado, con muchas ganas de aprender y absorber esos saberes y destrezas de profesores llenos de experiencia en el campo educativo. Además, me fascinaba la idea de comenzar a conocer el funcionamiento real de las escuelas más allá de la teoría aprendida, en relación a aspectos como la organización escolar. De manera paralela a aquella vez, los nervios ante lo desconocido estaban presentes, sin embargo, no era algo que me preocupase: mi energía y entusiasmo dejaban mis nervios, un poco, en un segundo plano.
Siendo un poco precavido, llegué con unos veinte minutos de antelación. Una vez allí, nos comunicaron que los profesores se encontraban reunidos en un claustro, aunque aquellos que pasaban cerca aún sin conocernos nos recibían amablemente, siempre con una gran sonrisa. Este periodo de espera, facilitó una primera interacción entre nosotros, los propios alumnos de prácticas, lo cual fue bastante agradable.
Una vez finalizada la reunión, fuimos recibidos por el equipo directivo en la sala de profesores. Tanto el director, D Ángel, la jefa de estudios, Dª. Isabel, la secretaria Dª Mª José, la orientadora Dª Leonor, como el resto de profesores en general se mostraron muy cercanos y se interesaron por nosotros, remarcándonos que en todo momento estaban para ayudarnos sobre cualquier duda. Esto provocó que desde un primer momento me sintiera como en casa. Una vez finalizada esta breve presentación, seguimos conociendo el centro guiados por Dª Leonor, orientadora del centro, y nuestra guía en esta experiencia.
Nos contó en líneas generales cómo se iban a desarrollar nuestras prácticas. En definitiva, ese primer día pasaríamos con el tutor la mayoría de las horas restantes; la próxima semana iba a ser un periodo observacional, en la que rotásemos por diferentes clases, con el fin de experimentar el funcionamiento de los diferentes niveles; por último, habría un periodo más amplio en el cual estaremos colaborando y aprendiendo con nuestro tutor.
A continuación, aproximadamente a media mañana cada profesor en prácticas nos dirigimos al curso de nuestros tutores, en mi caso 4º A, donde conocí a Dª Mª Carmen, mi tutora. El trato de esta profesora conmigo fue muy afectivo desde el momento en que me presentó a la clase. Me habló un poco de los chicos, que en general era una buena clase, según su experiencia, y me animó a poner en práctica en las futuras clases los conocimientos adquiridos en empleo de las TIC en el aula, ya que a ella es algo que se le resiste un poco y así aprendería también.
Primeramente, los niños estaban realizando un examen de sociales, lo que me decepcionó un poco, al pensar que no iba a ver mucha acción, pero no fue así, me llevé una grata sorpresa al ver como Dª Mª Carmen administraba el tiempo a la perfección y había preparado unas cuantas divisiones en la pizarra y ejercicios para que los alumnos que iban terminando el examen estuviesen activos, de manera que los alumnos iban saliendo a la pizarra donde la profesora les iba guiando, favoreciendo así un aprendizaje más individualizado. Además, posteriormente, en la sesión de lengua, me encantó uno de los recursos que utilizaba la profesora; este recurso consistía en otorgar a los alumnos un papel de investigadores. Cada viernes, un alumno se encargaba de hablar a la clase de un tema que les gustara, para ello debían de investigar y seleccionar información sobre éste, trabajando así tanto la expresión oral, como el desarrollo de las habilidades de investigación.
Por otro lado, también pude observar como el profesor de educación física, D. Javier trabajaba habilidades físicas y perceptivas con ejercicios bastante motivadores para los alumnos, manteniendo en todo momento un orden y un buen ambiente, que no es nada fácil.
Por último, en cuanto a los alumnos he podido sentir su cariño desde un primer instante, y pensar que nosotros como profesores podemos contribuir a formarles como persona es algo que te da ilusión y te anima a trabajar para dar lo mejor de ti mismo.
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